Álvaro Riva Rey*
La semana pasada comenzó a
funcionar el primer club de lectores de Florida, formado dentro de la
Biblioteca Municipal, con el apoyo del Grupo Identidad y con e particular
entusiasmo de dos maestras: Pola Marizcurrena y Marlene Bruno.
Desde tiempo atrás hemos
visto una pauperización progresiva de la biblioteca, que llegara a ser un punto
cultural de referencia.
Nacida como biblioteca
popular hace más de un siglo, fue estatizada y luego transformada en lugar para
la cultura, pues desde allí empezaron a ofrecerse los primeros cursos y es en
su órbita que nace el actual Departamento de Cultura.
El afán por ir fundando una
cosa hizo que otras se fueran fundiendo. Crear algo y distraer recursos para
ello, implicaba que otra cosa comenzara a declinar, incluso hasta desaparecer.
CRECER Y CRECER
La administración Enciso ha
tenido una tesitura diferente. La consigna de respetar la obra de anteriores
administraciones nos llevó a estos extremos: hoy estamos recuperando cosas que
decayeron hasta desaparecer, o casi. Como es el caso del Museo, desaparecido
bajo los escombros que extrajeron en la obra del Centro Cultural Florida, o la
Biblioteca, carcomida por el tiempo, los ratones y el polvo.
Poco quedaba de aquella
biblioteca en la que llegaron a trabajar 14 funcionarios; hoy sólo tiene tres,
sin presupuesto para compra de libros. En lugar de crecer para tener un sistema
departamental de bibliotecas, hoy tenemos un montón (y hay que ir a Sarandí
Grande para ver que esto es literal) de libros viejos, al extremo que alguien
lo catalogó como “bibliotecas museo”.
ORGULLOSAS BIBLIOTECAS
En estos días he visto en
Internet una serie de fotografías sobre las más hermosas bibliotecas del mundo.
Colombia ofrece una de ellas: moderna y bella. Una de las más bellas del mundo.
¿Qué curiosa teoría del
futurismo cibernético pudo habernos llevado a pensar que un Centro MEC podría
ocupar su lugar o desplazarla? Absurdo. Los cetros MEC con suerte alcanzarán
una década más antes de estar demodé.
Y serán las bibliotecas y
los libros las que saldrán airosas de esta lidia.
Pretendemos una biblioteca decente.
Tal vez algún día podamos tener una que, además, sea bella.
EMPEZAR POR ALGO
La Sala Héctor René fue el
primer paso. Recuperar un espacio: limpio, ventilado, moderno e iluminado. Con
la mayor austeridad y ninguna otra veleidad.
La biblioteca abrió ahora
una puerta a reuniones, exposiciones, conferencias y, además, el primer club de
lectores de Florida.
Paso a paso: limpiar la casa
e invitar a visitarla. Los primeros han sido el Grupo José Pedro Varela y los
niños de 3er años de la Escuela 4, a cargo de la maestra Leticia Silva.
La biblioteca, gestionada
por Alicia Wallerstein, fue la mediadora cultural: reunió a los niños con los
lectores y así procederemos de aquí en más. Luego, los mismos niños visitaron
la biblioteca y demandaron libros para niños.
Una cosa trae la otra. Nada
mejor que dejar que las cosas se adormezcan para que nadie demande nada y
cuando eso ocurre, finalmente, lamentarse por la desidia y la falta de cultura
o de valores. Eso han hecho los especialistas en anestesiar gentes, movimientos
y actores sociales.
LOS ACTORES SOCIALES
En la generación de Pola y
Marlene (y este dúo dinámico tiene a otras maestras que las siguen) es la de los
maestros formados en el rigor de la educación y la solidaridad. Una generación
que es paradigma de compromiso social, con la cultura y la solidaridad.
Lo hemos visto antes en
otros lugares como el grupo de docentes de la Casa de la Cultura de Casupá o el
grupo Kolping de Mendoza Chico.
Creemos, con el humanismo,
que el desarrollo es el fruto de la concepción del hombre. No la consecuencia
de la tensión social o la confrontación entre historia, la economía, la
tecnología y los actores de clase.
Para cultivar la sociedad,
como en cualquier liturgia, hacen falta rituales y templos. La biblioteca es uno
de nuestros templos seculares que, bello o no, se presenta digno y dispuesto a cumplir
su rol.
Y en eso estamos, con
Alicia, Pola, Marlene y otros que empieza a sumarse.
*Periodista, director de El Heraldo y director de Cutura.
(Publicado en El Heraldo el
31/07/13)
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