Álvaro Riva Rey*
La semana pasada
se firmó el primer contrato para obras en el marco del fideicomiso financiero
Florida 2030, por U$S 150.000 destinados al “Fortalecimiento y Adecuación del Centro
Deportivo y Recreativo de la Localidad de Alejandro Gallinal”, según dice su
título largo y con exceso de mayúsculas.
Este proyecto de
Cerro Colorado es uno de los cuatro “de arquitectura deportiva y recreativa”
previstos para el quinquenio y que incluirán 25 de Agosto, Fray Marcos y Casupá.
Cuando Enciso
promovió la construcción de la ciclovía que une la ruta 5 con el Prado Piedra
Alta, pasando por la rambla, concibió un espacio para el esparcimiento y la
salud física de la ciudadanía.
Diez pasos más
allá dio cuando concibió la plaza que en breve inauguraremos frente al
hipódromo, un espacio multiuso que tiene como objetivo la promoción social, la
cultura física y el disfrute al aire libre.
Espacios libres
recuperados, plazas, pabellones deportivos, islas de aeróbicos e inversiones en
otras plazas de deportes del interior provocarán, qué duda cabe, una
extraordinaria revolución en la materia.
PIDEN LO QUE DAMOS
Es lógico, por
ende, que haya que adecuar el presupuesto para deportes, que asumirá nuevas
responsabilidades y nuevos cometidos.
La intendencia
tendrá que revisar este presupuesto, posiblemente considerar un aumento de los
recursos, atento a los nuevos cometidos: contratar docentes, contemplar nuevas
poblaciones, involucrar otras comunidades y concebir un sistema departamental
de cultura física con la idea de que la actividad física es un derecho, porque
la salud lo es.
¿Cómo modificar
el viejo, arcaico y demasiado transitado camino de las colaboraciones con un
transporte?
La historia dice
que, por acción o por omisión, la intendencia promueve los modelos que luego se
instalan: cuando la intendencia disponía camionetas doble cabina, los artistas
sabían que los elencos no podían ser de más de cuatro, con equipos y
escenografía que cupiera en la caja.
Si lo que hacemos
es pagar transporte, la gente pedirá para viajar; si lo que hacemos es comprar
indumentaria, la gente pedirá camisetas, pelotas y redes. La sociedad es
flexible y se adapta.
REORIENTAR LA INVERSIÓN
El presupuesto
podrá ser mayor o no, eso habrá que ver, lo que tiene que cambiar es la
táctica. Promover la actividad física, como Enciso pretende, implica
replantearse los programas, incluyendo el de colaboraciones.
Contraprestaciones,
inversiones en infraestructura, espacios y docentes para grupos minoritarios
(tercera edad, discapacitados, niñas…) tendrán que venir como contrapartida.
Porque queremos a la gente disfrutando y moviéndose acá, en Florida, no viajando
para hacerlo en el resto del país o en el exterior. Y si es así que debe ser, que
sea cuando deba ser, no siempre.
Jugar y disfrutar
entre nosotros, entrecasa, en el campito, la plaza, el patio de la escuela…
Entiéndase, esa
es la idea, es un cambio de paradigma.
EL FÚTBOL Y YO
Mis comentarios
–no necesariamente agraciados y mucho menos absolutos- sobre el financiamiento
de viajes para los planteles de fútbol me han hecho ganar cierta (es un
eufemismo) antipatía entre la gente del fútbol.
Algunos por lo
alto, otros por lo bajo, me han hecho saber qué tanto les molesta esta visión,
entre filosófica y doctrinaria, que expreso más arriba en pocas líneas.
Aplicando la
transitividad, si les molesto yo que no soy lo importante es porque les molesta
lo que digo, que sí importa. Descalificar es más fácil que argumentar.
NECIO YO, NECIOS ELLOS
El entredicho me
ha retrotraído a tiempos ha, cuando leí La conjura de los necios -hilarante y
triste a la vez-, novela única y póstuma del genial y malogrado John Kennedy
Toole, que decidió abandonar este mundo con apenas 30 años.
Sería bueno que
la gente del fútbol la leyera, para saber qué es lo que ocurre cuando uno se
empeña contra la realidad y contra el sentido en que gira el mundo, que no sería
su caso, evidentemente, sino el mío.
En tal caso
deberán comprarla porque la Biblioteca Municipal está comprando libros
principalmente para niños y mujeres, adultas y adolescentes. Les aviso porque
la frase “no hay peor gestión que la que no se hace” parece figurar en la tapa
del libro de los anales del fútbol local.