Álvaro Riva Rey*
10/09/2014 - Varias cosas han pasado este año en la Biblioteca Municipal de
Florida y en su mayoría gracias a la convicción de que los libros deben tener
su templo, a la labor de su personal (que es escaso) y al del Centro Cultural
Florida (que ha dado una mano), y a la pasión que ha puesto en los temas de la cultura
el intendente Carlos Enciso.
Sin infraestructura, recursos humanos y materiales no hay forma de llevar
algo a cabo, especialmente cuando se habla de libros.
PRIMERO EL ESPACIO
Disponer el espacio físico –o recuperarlo, como ha sido el caso-, adecuarlo
y ponerlo en condiciones decorosas, agregarle tecnología para que esté al día y
comenzar a recuperar su público ha sido lo primero.
Desde que recuperamos la Sala Héctor René Rubio, que ha sido devuelta a la
gente y a la comunidad, hemos incorporado tecnología –que nos permita llevar un
inventario de los libros y un padrón de usuarios-, hemos iniciado el primer
descarte de libros de la historia (que han sido llevado a Montevideo para su
reciclado en papel) y estamos recuperando otros espacios.
COLECCIONES Y GENTE
Poco a poco la gente empieza a volver y en estos días estamos planificando
las actividades que realizaremos con jóvenes y niños, pues la biblioteca
contará con un Rincón Infantil del Cuento, que es una biblioteca móvil que nos
permitirá salir extramuros.
Esto no nos ha impedido reforzar los vínculos con la Biblioteca Nacional,
comenzar una transformación de los archivos de documentos (algunos de los
cuales pasarán al Museo Histórico) e iniciar un programa de captación de
públicos, esto es, recuperación de lectores.
Se trata de una institución centenaria. La Biblioteca Municipal de Florida
nació como biblioteca popular y fue municipalizada el 12 de mayo de 1911 por
iniciativa de José Luis Rodríguez, vocal de la Junta Económica Administrativa,
y fundada el 25 de agosto de ese año, es decir, hace 103 años.
¿Cómo es posible que una institución cultural centenaria, que debería ser
la más prestigiosa y un referente, haya terminado siendo el patio trasero de un
Centro MEC?
Eso habla y dice mucho. Y es por eso que estamos empeñados en este esfuerzo
por devolver a Florida una biblioteca digna, decorosa, acogedora y amigable.
Para recuperar ese prestigio y dignidad, no sólo estamos trabajando para
ponerla al día: también trabajamos para honrar su memoria y trayectoria.
Para ello pretendemos que se homenajee en sus paredes a José Luis
Rodríguez, con una placa y un retrato que lo recuerde.
Sólo honrando el esfuerzo de nuestros mayores y construyendo sobre su obra,
haremos honor a nuestro futuro.
En esta línea continuaremos.
(Publicado en El Heraldo el 10/09/2014)
*Periodista, director de El Heraldo
y director de Cultura.
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