Álvaro Riva Rey*
En 2015 descubrimos, porque empezamos a relevar información,
que el récord de lectura de la Biblioteca Municipal de Florida lo tenía un
libro de Cecilia Curbelo: “La decisión de Sofía”.
Fue gracias a esa primera investigación, surgida del
cruzamiento de la base de datos de nuevos lectores con la base de datos de
nuevos libros, que nos enteramos que las mujeres jóvenes encabezaban el padrón
de lectores y que Cecilia Curbelo era uno de sus autores preferidos.
Habíamos resuelto, luego de iniciar la biblioteca de novales
-ya no más textos de estudio-, iniciar el primer inventario informático de
lectores y libros, lo que nos permitió, a su vez, seguir comprando libros para
este segmento: mujeres jóvenes.
RONDA DE ESCRITORES
Entre las estrategias que planeábamos para el desarrollo de
la lectura estaba la ronda de escritores. Autores dispuestos a tomar contacto
con sus lectores.
Así fue que contactamos con Cecilia Curbelo que ya tenía la
agenda de 2015 completa. La reunión recién vino a ocurrir la semana pasada, en
el teatro 25 de Agosto, dentro del programa Un abril para Florida.
Coordinada por la misma Biblioteca, la Oficina de la
Juventud y el teatro, la visita fue toda una sorpresa: dos veces se llenó el
teatro. Casi mil jóvenes intercambiaron, charlaron, se fotografiaron, pidieron
autógrafos, charlaron, aplaudieron y se expresaron libremente ante esta mujer
que ha sabido interpretarlos y escribir para ellos.
NADIE HA MUERTO
A los agoreros, aves de mal agüero, les decimos que “los
muertos que vos matáis, gozan de buena salud”. Ni la biblioteca ha muerto, ni
los lectores, ni los libros… ni los escritores de libros.
En la medida que crece el consumo de productos informáticos,
crecen también los lectores de libros en formato papel. Es posible, por qué no,
que las generaciones del futuro lean los e-book, pero por el momento tenemos
bibliotecas y tenemos libros y, lo que parecía más difícil, tenemos lectores.
Todos gozan de buena salud.
Esto nos ha reforzado enormemente en la idea de que hay una
línea para trabajar, que no estábamos equivocados, que había que recuperar
espacio para los libros, comprar libros y confiar. Hacía falta fe.
EL CAMPO DE LOS
LIBROS
La teoría de los campos de Pirre Bourdieu, que hemos citado
antes respecto de otros escenarios de la cultura, nos ha servido como guía.
¿Cómo generar un espacio para los libros? Uniendo a los
actores que están relacionados con este campo: escritores, ilustradores,
editores, críticos, lectores, promotores de la lectura (talleristas, docentes,
instituciones...) El trabajo lleva tiempo, especialmente en escenarios dónde
nadie había trabajado antes.
Así como hay que unir al músico con su público, hay que
buscar las uniones que van hilvanando el campo de la lectura y la escritura.
Así estamos intentando reinstalar el taller literario de
Carmen Rocca, trasladar nuestra bibliomóvil para llegar a más escuelas,
incorporar más libros, nuevos recursos tecnológicos, invitar escritores, promover
la lectura...
Algún día, tal vez, podamos lograr un movimiento tal que
genere la necesidad de un sistema de bibliotecas. Y más libros, por cierto.
*Periodista, director
de Cultura.