La Orquesta Sinfónica Inicial abrió el concierto aniversario. |
Álvaro Riva Rey
10/08/2016 - Esta semana se cumplirán cinco años del primer
concierto de la sinfónica de Florida, la que al principio fue infantil y
juvenil, hoy es juvenil y lentamente crece para transformarse en una sinfónica
con todo lo que ello implica.
Hace cinco años
ni suponíamos todos los desafíos que este proyecto implicaría. Se inicia algo
con expectativas muy modestas, si siquiera saber qué tan lejos podría ese algo.
Iniciamos sin
instrumentos ni atriles, en salones prestados por el Club Florida, y jamás
imaginamos que ese mismo año, el 2011, inscribiríamos a 127 niños deseosos de
aprender a tocar música.
Hoy, con una
sinfónica con más de 50 músicos consolidados, con una orquesta hecha y derecha,
enfrentamos un nuevo desafío: conservar a estos jóvenes, seguir formándolos y
lograr que Florida tenga una sinfónica como elenco estable.
HABÍA QUE CREER
Hoy tenemos 10
jóvenes tocando y capacitándose en Montevideo, perfeccionando el instrumento y
haciendo práctica orquestal, doce niños formando parte del remozado Coro
Nacional Infantil del Sodre, dos ensambles, una orquesta inicial que están
ofreciendo conciertos dónde se les invita y un núcleo sinfónico en Sarandí
Grande, que ya tiene su propia orquesta.
Pero tenemos más.
Tenemos la posibilidad de incorporarnos al programa “un niño un instrumento”,
lo que nos permitirá extendernos aún más.
Se trata de
crecer hacia arriba y hacia los costados y, cuando uno mira hacia arriba, el
cielo es el límite.
AGITACIÓN CONSTANTE
Todo esto
desborda ya la capacidad de una sola persona. Lo que antes podíamos organizar y
gestionar con una mano atada, hoy es requiere una enorme esfuerzo colectivo,
algo que jamás hubiéramos imaginado.
Es
imprescindible, entonces, una equipo monolítico, sólido y en jerga musical,
armonioso. Si no existiera esa armonía hoy sería imposible estar en todos lados
a la vez.
Milka Gurgitano,
artífice de este crecimiento, cuenta hoy con Yolanda González, con quien se
multiplicarán este viernes cuando, a la misma vez, la Sinfónica toque en el
teatro 25 de Agosto y el Coro del Sodre actúe en Solís de Mataojo, pueblo en el
que nació Eduardo Fabini.
A ellos se suman
los maestros Mathías Ribeiro y Víctor Mederos. Y otros tantos compañeros que
hacen compras, conducen vehículos, encienden luces, gestionan logística.
En Sarandí
contamos con Adriana Cardozo y Facundo Dávila, dos valores que alientan el
núcleo local.
CONTRA EL PESIMISMO
Hoy la Sinfónica
de Florida es una realidad que genera otras expectativas que, como ha ocurrido
antes, irán contra todo pesimismo.
Tener una escuela
de música y canto con todo lo ello requiere, sería imprescindible para
perpetuar un fenómeno musical.
Nos tocó a
nosotros ir contra todo pesimismo e instalar un sistema, nos tocará dar los
pasos para la creación de esta escuela y, posiblemente, también crear un
sistema que apunte al profesionalismo.
Les tocará a las
generaciones que vengan hacer lo que haga falta para que Florida siga siendo el
epicentro de un terremoto de música que hoy sacude a la región y llega hasta la
capital.
Mientras tanto
nosotros nos sentaremos a disfrutar la música y el canto, porque es verdad
también que, además de trabajar mucho para que esto fuera posible, también nos
hemos dado el gusto de la música, que no es poco gusto.
Nos vemos el
viernes 12, día Internacional de la Juventud, para celebrar estos cinco años
con música de la buena y por todo lo alto.
*Periodista, director de Cultura.