Álvaro Riva Rey*
11/05/2016 - La semana pasada debimos solicitar al intendente Carlos
Enciso la suspensión transitoria de las actividades en el escenario del teatro
25 de Agosto, debido a un reclamo verbal de dos de sus trabajadores que se
negaban a realizar tareas en situación de cuestionada seguridad.
En 2014 iniciamos un expediente (que quedó por un año
estancado en la División Arquitectura) consultando acerca de la seguridad en el
escenario, lo que mereció un rápido informe de la técnica-prevencionista de la
IDF, que aconsejó algunos cambios. Hasta ahora nadie ha explicado por qué
demoró tanto el reclamo.
Los cambios sugeridos no coinciden con las recomendaciones
de los especialistas en escenarios, por lo que esperaremos asesoramiento
experto para seguir el tema.
INSTITUCIONALIDAD Y
DERECHOS
En la anterior administración el Departamento de Cultura
creó los primeros programas y presupuestos, esto es, las primeras políticas
públicas de cultura de las que tiene noticia el departamento de Florida.
La institucionalidad cultural, la profesionalización del
personal de cultura, la asignación de recursos para programas y proyectos ha
sido una consigna permanente, plasmada a través de más de doscientos artículos
escritos para esta columna semanal.
Una frase define el objetivo: “… si el Estado adopta,
financia y gestiona una determinada institucionalidad cultural pública,
cualquiera que ella sea, es con la finalidad de cumplir con sus deberes con la
cultura y garantizar, satisfacer y promover los derechos culturales de las
personas”.
Pertenece al chileno Agustín Squella, experto en cultura y
derechos y presidente del Consejo de Cultura de su país, y fue dicha en
Uruguay, en oportunidad de un seminario.
CULTURA DE LA EMPRESA
La idea de que las instituciones de la cultura deben estar
al servicio de los ciudadanos ha sido inculcada, también, entre los
funcionarios del Departamento de Cultura que, en su mayoría, la comparten y
participan de ella.
No se trata de empresas puestas al servicio de sí mismas o
de sus funcionarios, sino al servicio de la gente, los contribuyentes, los
ciudadanos.
Las ideas de “desarrollo”, “desarrollo cultural”,
“desarrollo humano”, “promoción de ciudadanía”, están fuertemente relacionadas
con la institucionalidad cultural y la forma que esta se desarrolla.
Así es cada área, desde la Comisión del Patrimonio, que es
honoraria, hasta las que se llevan a cabo por parte de funcionarios públicos,
asumen esta premisa: los derechos ciudadanos están siempre primero que los
propios, los individuales.
EL TEATRO COMO
ESCENARIO
Así hemos avanzado en el Centro Cultural, en la Biblioteca,
en el Museo, en el Sistema Sinfónico y también en el teatro 25 de Agosto.
Suspender una sala, el traslado de libros, un escenario, un concierto o
cualquier actividad es lo último, siempre a último momento, porque hay gente
que espera y que lo hace, en función de sus derechos.
No es una gracia que recibe del Señor Estado. Es un derecho
que puede y debe reclamar.
El escenario del teatro tiene, como todo lo demás, una doble
significación: allí ejercen sus derechos culturales los actores, que a su vez
se deben a un público que ejerce su derecho al goce de la cultura.
Jamás hubiéramos detenido la labor, de no haber sido porque
ha habido un conflicto laboral plantado de mal modo, y una amenaza relacionada
con la seguridad de los trabajadores.
Sólo eso pudo hacer que fuéramos drásticos al reclamar la
clausura del escenario.
UN DAÑO PARA TODOS
La medida daña a todos. A los actores, los productores y al
público. No se ve al teatro 25 de Agosto como un dinamizador de las industrias
culturales, como un motivo de desarrollo y en espacial desarrollo humano. Se ve
como una oportunidad personal, y en consecuencia de ello se ha procedido.
A todos les digo, ciudadanos y funcionarios: la
institucionalidad cultural no está al servicio de la propia institucionalidad,
está al servicio de los ciudadanos y de sus derechos, los que no podemos perder
de vista.
Sobre esa premisa seguiremos trabajando, porque esto también
es trabajar por la cultura.
*Periodista, director
de Cultura.